El plan de negocios se puede considerar como una representación escrita de lo que será tu negocio en el futuro, si se cumplen las previsiones que te propongas cumplir. Ahí explicarás lo que estás dispuesto a llevar a cabo para que tu empresa sea rentable y de la forma que piensas hacerlo.
Concebido así, el plan de negocios es como una especie de mapa que te debería guiar para llegar a lo que se propone con la idea inicial que te impulsó a lanzar tu proyecto. Es una guía que describe el negocio, analizando la situación del mercado y estableciendo las acciones realizables, así como las estrategias para la prestación del producto o servicio.
El plan de negocios es tu verdadera tarjeta de presentación, y por eso tiene tanta importancia. Será lo que anime o desanime a los posibles inversores, o lo que sirva para convencer a quien lo examina, en caso de solicitar un préstamo determinado.
Igualmente, es una buena herramienta de uso interno, al permitir evaluar la viabilidad de las ideas y también, si se hacen unas buenas previsiones, poder hacer frente a los problemas surgidos durante el trabajo.
Partes de un buen plan de negocios
Existen una serie de elementos que deberán constar en el plan de negocios, como un resumen descriptivo de la idea, que incluya el producto o servicio y sus ventajas, relatando qué obtendrán los clientes con su compra y sus puntos débiles o inconvenientes.
Igualmente, el plan de negocios debe hacer un diseño de la posición que ese servicio o producto ocupa en el mercado, las actuaciones de la competencia dentro de su ámbito y la justificación de por qué tu negocio va a destacar sobre los otros. Las necesidades de financiación y la rentabilidad esperada completarán un panorama descriptivo.
El plan de negocios deberá incluir una buena descripción de aspectos más concretos, como es la forma en que se llevará la administración de la empresa, o cómo se van a cubrir las principales áreas de producción, ventas, marketing o finanzas. Igualmente, deberán especificarse las cuentas de gestión, ventas, control de stock e inventario y suministros.
Es en este momento cuando debes considerar la conveniencia de incluir buena parte de tu plan de negocios en los nuevos servicios de la nube. El cloud computing es una tecnología imparable para la administración de la empresa, suponiendo una notable reducción de los costes y proporcionando ventajas informáticas que antes estaban reservadas a grandes empresas.
La inclusión del cloud computing dentro del plan de negocios de la empresa, más que una opción, es una auténtica necesidad, clave para la supervivencia de múltiples negocios que cada día se ven más orientados hacia un trabajo de carácter móvil.
Migrar a la plataforma basada en la nube todos estos aspectos del plan de negocios supone cambiar hacia mejor toda una dinámica de gastos e inversiones en servidores, software y otras infraestructuras. Supone un ahorro esencial en el coste inicial de hardware a asumir por el incipiente negocio, así como en la adquisición de licencias de software y de personal necesario para instalarlo y configurarlo.
Con el cloud computing, la empresa alquila la utilización de unas aplicaciones específicas que necesita para trabajar con eficiencia, mientras que es el propio proveedor el que se encarga de las actualizaciones de ese software. El acceso a esos programas, así como a los escritorios, archivos y datos almacenados en la nube, es viable desde cualquier dispositivo en línea.
Además de la comodidad, estas plataformas integran una eficiente seguridad, puesto que la información confidencial de la empresa reside en un servidor seguro, no en esos dispositivos que pueden romperse o extraviarse.