Impuestos, son el gran enemigo de las cuentas de muchas empresas y que merman los ingresos de estas. A pesar de ello, su existencia es necesaria e inevitable hoy en día. El artículo de hoy vuelve a la tendencia fiscal y hablaremos sobre los impuestos en España. Como ya sabes, existen diferentes tipos de impuestos y se puede hacer una gran distinción entre dos grupos, los directos y los indirectos. Adelantamos que la diferencia que radica entre ambos está fundamentada en la base sobre la que se aplican. Este será el tema central de esta entrada y la finalidad de la misma es que entendamos en qué consiste dicha diferencia y cuáles son sus principales características.
Consideramos que se trata de un artículo relevante por lo siguiente. Los impuestos son el grueso de los gastos tanto de las empresas como de los particulares. Para entender hasta qué punto esto implica un gran gasto fíjate en este dato. Estamos hablando que se estima que el 43% del salario de un particular acaba perteneciendo a las arcas públicas.
¿Qué son los impuestos?
Para aquellos que no tengan totalmente claro lo que es un impuesto, digamos que se trata de un tributo al que está obligado a hacer frente toda persona física o jurídica siempre que se encuentre en la situación del hecho imponible. Además, dicho pago se realiza sin que la persona se vea recompensada de manera directa por parte del Estado. La finalidad de estos es la de financiar al Estado y de esta manera se puedan desarrollar todas las actividades programadas en los Presupuestos Generales. De ahí la importancia y la necesariedad de los impuestos en nuestra sociedad.
Los Impuestos Directos
Este tipo de impuestos son el primer gran bloque de esa distinción de la que hablábamos al principio. Se caracterizan por el hecho de que los mismos gravan la renta del contribuyente. Es decir, su razón radica en la existencia de algún tipo de riqueza o patrimonio en la renta del contribuyente. Además son de naturaleza progresiva, pues el tipo impositivo se ve incrementado a medida que la renta es mayor, y viceversa.
Algunos ejemplos de este tipo de impuestos y que la mayoría tenemos que hacer frente son:
– Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas o IRPF.
– Impuesto de Sociedades o IS.
– Impuesto sobre la Renta de No Residentes.
– Impuesto sobre Bienes Inmuebles o IBI.
– Impuesto de Actividades Económicas o IAE.
Los Impuestos Indirectos
Los impuestos indirectos son el otro gran bloque y por razones obvias, son los antagónicos u opuestos de los primeros. Esto es así porque estos, a diferencia de los primeros, no tienen en cuenta la renta del contribuyente. Es indiferente si el mismo dispone de mucha o poca riqueza. Solamente gravan el uso que se hace de la misma, es decir, en el momento en el que el contribuyente consume. Este consumo puede ser tanto de bienes como de servicios. Además puede ser por parte de una persona física o jurídica. Además, su naturaleza no es progresiva sino proporcional, pues su tipo impositivo es siempre el mismo y depende del bien o servicio consumido.
Algunos ejemplos de este tipo de impuestos y que seguro que todos pagáis a diario son los siguientes:
– Impuesto al Valor Añadido o IVA.
–Impuesto sobre las Transmisiones Patrimoniales Onerosas y Actos Jurídicos Documentados o ITP/AJD.
– Impuestos especiales. Estos pueden ser a los hidrocarburos, a la electricidad, al alcohol, al tabaco o a la matriculación de vehículos.
Como has podido darte cuenta, los impuestos son de una naturaleza muy variada y se destinan a cuestiones muy diversas. Si no tienes claro qué es lo que más te conviene y los pasos que tienes que dar, contar con una asesoría laboral puede ser la solución ideal. Desde Finutive damos este completo servicio de asesoría a un precio inmejorable, disponiendo de la mejor herramienta para tus finanzas, flujo de caja y bancos.
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