Si pensamos en empresas como Facebook, es normal preguntarse: ¿Cómo pueden haber tenido tanto éxito? Claramente la idea es original, y en 2004, cuando la empresa se fundó, ya había una alta demanda para este tipo de plataforma. Pero, ¿cuál es el elemento clave que ha hecho que esta empresa tenga a día de hoy 2,167 millones de usuarios? La respuesta es el tiempo.
Lanzar un producto o proyecto en el momento adecuado puede ser decisivo para su éxito. La idea puede ser buena, pero si no tienes usuarios o clientes potenciales, es muy difícil que crezca.
Cuando hablamos del momento correcto tenemos que hacer referencia a numerosos factores. Entre ellos encontramos el sistema financiero, la economía, el estado de la sociedad, etc. No queremos emprender demasiado pronto, pero tampoco demasiado tarde. Por eso, hay que intentar analizar bien la situación del mercado con antelación, y saber juzgarla objetivamente.
¿Cuándo sabemos que es demasiado pronto?
En primer lugar, en caso de que tu producto esté relacionado con las nuevas tecnologías, tienes que aclarar si la sociedad (o al menos tu público objetivo) está listo para tu producto o servicio. Si la gente no habla de la necesidad de la solución que tú propones o no ven el beneficio que les podría aportar, es muy probable que estés saltando a la piscina demasiado pronto.
Emprender con algo totalmente nuevo (sobre todo hablando de tecnología) suele requerir una infraestructura bastante específica y moderna. Asegúrate de que todo lo que vas a necesitar para desarrollar tu producto ha sido probado y está completamente operativo. No quieres hacer una gran inversión en algo que te va a dar problemas a corto o largo plazo.
Emprender con un negocio más tradicional acarrea otro tipo de problemas. Por un lado hay que asegurarse que hay suficiente espacio en el mercado para ti y la competencia. De todos modos, si hablamos de empezar demasiado pronto, es necesario mencionar tu situación financiera. Asegúrate de que cuentas con el dinero necesario antes de emprender. No des nada por seguro a no ser que lo tengas.
¿Cuándo se nos ha pasado el arroz?
Al igual que podemos querer entrar demasiado temprano, es muy fácil que se nos pase el momento óptimo. Si hablamos de startups tecnológicas, la cantidad de ideas que se barajan es inmensa. Si ves que hay muchas plataformas que ofrecen lo mismo que tú, es muy probable que no le saques rentabilidad a tu inversión.
¿Qué pasaría si hoy intentas crear un Instagram con otro nombre? En primer lugar, costaría mucho atraer clientes ya que tienen el mismo servicio en otra plataforma. En segundo lugar, el hecho de que todos sus amigos y conocidos también tengan Instagram sería un incentivo muy fuerte para quedarse. Una red social sin la parte “social” pierde un poco su propósito. La misma dinámica la puedes aplicar a otros tipos de proyectos, aunque lo que ofrezcan sea diferente.
Por otro lado, si intentas emprender con un negocio más tradicional, también necesitas asegurarte de que tienes un público objetivo amplio y con la necesidad de tu producto o servicio. Si tienes mucha competencia y crees que atraer clientes va a ser complicado, es muy probable que este no sea tu momento.
Entonces, ¿cuándo es el momento correcto?
El momento perfecto va a ser difícil de establecer. Siempre va a haber cierto nivel de riesgo. Nadie te puede asegurar que tu proyecto vaya a triunfar si lo lanzas ahora, pero va a mejorar sus oportunidades de tener éxito. Aunque el momento ideal va a variar mucho dependiendo del tipo de proyecto o servicio con el que quieres emprender, hay algunos indicadores comunes.
Si ves que la gente a tu alrededor, y sobre todo tu público objetivo empieza a hablar de la necesidad que tú quieres proponer y aún no hay muchos competidores, es tu momento. Esto puede ser desde una red social en 3D hasta una peluquería con otro estilo para clientes más modernos. Sea cual sea tu proyecto, es el momento de emprender cuando la gente lo quiere y el mercado te lo permite.
Por otro lado, anticipa siempre la aparición de competidores, aunque aún no hayas oído hablar de ellos. Si el público quiere algo, seguramente no seas el único que ha pensado una solución. No te confíes solo porque no hayas identificado a la competencia.
Trabajar por cuenta propia y empezar una empresa no es fácil, por lo que si estás dando tus primeros pasos, contar con la ayuda de un asesor puede serte de gran ayuda. Deja que te ayudemos a establecer tu negocio y llevarlo a lo más alto de la mano de profesionales.
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